Un tema muy común en las relaciones de pareja es la famosa infidelidad. Este término viene del latín “infidelis” y hace alusión a quien no tiene lealtad. En sentido práctico, se entiende como el incumplimiento con la pareja, debido a la mantención de interacciones o relaciones de corto o largo plazo con una persona fuera de una relación, sin consentimiento ni conocimiento del otro.
La infidelidad puede ser comprendida de manera muy distinta de pareja en pareja. Para algunos el ya fantasear con otra persona puede ser considerada una forma de faltarle a la otra persona, en otros casos es el ver pornografía, pasando a la infidelidad emocional que se puede concretar en la amistad con alguien del sexo opuesto hasta la infidelidad sexual, que puede ser desde un beso hasta una relación sexual con alguien externo a la pareja. Es relevante en este punto poder ver qué piensa cada integrante de una pareja sobre qué constituye una infidelidad y a qué acuerdos explícitos han llegado en torno a esto.
Una psicóloga conocida en este tema es Esther Perel, quien refiere que en las relaciones en general se tiende a desarrollar una dinámica entre la necesidad de pertenencia y familiaridad con la otra persona y a la vez, de sentir que hay algo misterioso y desconocido en ese mismo otro.
Esta necesidad de familiaridad es la que nos permite sentirnos cercanos y cómodos con esa persona, en tanto esa curiosidad sobre lo misterioso y desconocido del otro es la que nos llevaría a sentir deseo. Ambos aspectos tienden a darse bastante bien al inicio de una relación, donde el otro nos da una sensación de comodidad, pero como estamos empezando lo conocemos poco y esa novedad nos parece atractiva, según Perel. El transcurso del tiempo y la tendencia a la rutina podrían ser factores de riesgo si no se hace algo al respecto.
Con el fin de dar un marco comprensivo, pero no de justificar, es que Esther Perel da un contexto para poder profundizar sobre qué necesitamos de una relación y qué es vital para mantener el equilibrio. Es así como esta autora ve la infidelidad como un indicio de un tema sin resolver, pudiendo ser este fenómeno un síntoma que permite ver algo más profundo que no funciona en la relación. En este sentido, sería importante el considerar estas necesidades que todos tendríamos en las relaciones, donde no sólo es necesario el poder tener un poco de familiaridad, sino que también otro tanto de misterio.
Es probable en este sentido, que si una pareja logra manejar esta paradoja, ya que ambas necesidades tienden a contraponerse, se pueda prevenir el que existan traiciones como la infidelidad, pero también el tener consciencia de estas necesidades puede mejorar una relación que ya es buena.
Por otro lado, John Gottman, un autor que ha realizado múltiples investigaciones en el mundo de las parejas, pone énfasis en la necesidad de tener un vínculo amistoso a la base de la relación de pareja. En este sentido, el poder tener una base sólida de confianza y buena comunicación, son factores que pueden prevenir otro problemas. De esta manera, en la base del respeto y la transparencia de una relación de pareja, ambos integrantes buscarían formas de conversar sobre lo que necesitan y lo que les falta, pudiendo cambiar sus dinámicas relacionales y sexuales.
Si bien a la base de la infidelidad existe un problema vinculado a la confianza y a la comunicación en la relación de pareja, donde no se han podido transparentar ni comunicar las necesidades de uno o ambos de los integrantes, es muy importante considerar que la responsabilidad principal es de quien actúa. Podemos comprender este acto y poder analizar qué pudo haber pasado, no obstante la principal responsabilidad es la de quien lleva al acto de infidelidad sin respetar los acuerdos pactados con el otro.
He ahí un tema que puedo detenerme en otra columna, pero que tiene relación con la capacidad de quien ha sido infiel de poder detenerse sobre lo realizado, evaluarlo y buscar formas de incorporar cambios, como también de transparentar con el otro y ser capaz de pedir perdón genuinamente. En muchas situaciones quien es infiel, no sólo no ha realizado una introspección profunda de sus necesidades y acciones, sino también no ha podido ver al otro y el daño que ha provocado. Sin esta autoevaluación y reparación auténtica con la otra persona, hay poco terreno donde crecer.
Es aquí donde creo que si existen personas que les cuesta mantenerse en una sola relación y tras una conversación sincera con el otro, sigan teniendo reparos y dudas sobre la monogamia, también puedan considerar que hay otros caminos por los que se puede continuar (poliamor, swingers, etc). Esto siempre con transparencia con el otro y las posibles consecuencias que ello puede llevar a una relación, quizás mas dolorosas porque puede implicar una ruptura si el otro no quiere probar estas alternativas, pero también más liberadoras al hablarse desde la verdad.